Misterios,
enigmas, piedras y filosofía.
José Miguel B. Ávila
El misterioso
Stonehenge (Stone: piedra, Henge: monumento circular) situado en Reino Unido,
es sin duda uno de los más grandes enigmas para el ser humano. Diferentes
teorías hablan acerca de ¿cómo es posible que los habitantes de estas tierras
en la antigüedad hayan construido con sus propias manos semejantes esculturas?
O ¿Para qué fue diseñado? Incluso ¿Quién es su creador? Pero si algo es cierto,
es que estas piedras de gran tamaño inspiran en nosotros algo más que
incertidumbre, en mi caso es serenidad, paz, tal como el espacio escultórico
(las piedras que forman un círculo perfecto en específico) en Ciudad
Universitaria, México, cuyo creador sabemos fue el humano. Jamás he estado en
Stonehenge, pero apostaría a que sería una experiencia muy grata, y que sin
lugar a dudas me transmitiría tranquilidad ver a mi alrededor semejante
paisaje.
Más allá del
origen, el uso aplicado en su época y las tantas interrogativas que envuelven a
estas piedras, el significado y lo mucho que pueden hacerte sentir es lo que
importa a mi entender, el ¿cómo una simple piedra puede hacer que cambie tu
estado de ánimo? Esas cosas me parecen fascinantes, y por supuesto que es
importante e interesante investigar acerca de ellas arqueológicamente hablando,
tener una idea del porqué de su existencia, sin embargo todo lo que proyecta
termina derrotando a la historia.
El increíble
impacto de Stonehenge se ha extendido tanto en los últimos años, al grado de
tener sus propias reproducciones que van desde modelos a escala, hasta réplicas
creadas con autos inservibles, como es el caso de los “Carhenge”, siendo el más
famoso aquél situado en Nebraska.
Vale mucho la
pena tocar el tema de las famosas estatuas de la Isla de Pascua, situada en
Valparaíso en Chile, esta isla es la casa de otros monumentos líticos de tamaño
imponente, aunque la direrencia es que se sabe a ciencia cierta que los autores
de estos “rostros” son los Rapa Nui, una civilización antigua que nombró estas
esculturas moáis. Siendo las más significativas de esta cultura, y que dan la vuelta al mundo apareciendo en películas, pinturas, siendo imitadas y reproducidas... Claro ejemplo de lo que una escultura puede proyectarnos.
Imagino que
las civilizaciones antiguas, tanto las del ahora llamado Reino Unido, como las
de Chile, admiraban estas rocas con toda fe, como si se tratara de una deidad
misma, como si fueran la respuesta a todas las dudas y problemas que acechaban
a aquellos seres… Tal como lo observábamos en el filme cinematográfico “2001
Odisea en el Espacio”, dirigida y escrita por Stanley Kubrick; nos habla
mayoritariamente de un grupo de astronautas enviados a la luna a seguir las
ondas sonoras de una extraña piedra, pero en fin, si menciono esta película es porque
en algunos fragmentos aparecen imágenes de seres poco desarrollados, pero parecidos a nuestra especie, sugiriendo que forman parte de nuestra cadena evolutiva, contemplando
una piedra enorme, admirándola y tocándola como si no existiera nada más a su
alrededor, amándola intensamente. Estas tomas podrían servir para ejemplificar
lo que seguramente sentían los seres que vivieron en la épocas de las
esculturas enormes de Stonehenge, haya sido un cementerio o templo de ritos,
muy probablemente era el lugar más importante para asistir.
En
conclusión, quiero recalcar que estos monumentos, incluyendo el situado en el
Espacio Escultórico de C.U. en México, son obras que sin duda alguna
representan sentimientos, pensamientos y proyectan estados de ánimo en
nosotros, lo cual además de ser fascinante, es admirable. Sencillamente, estos
espacios nos ponen a pensar en mil y un cosas, haciendo que nuestro interés por
ellos crezca. Me parece que son lugares a los que deberíamos dedicar pensamientos,
lecturas, filosofadas…
“Filosofar no
debería ser salir de dudas, sino entrar en ellas.” (Savater. Fernando. Las
Preguntas de la Vida, 1999, p. 84.)
Fernando
Savater, uno de mis filósofos favoritos del momento, sugiere en el epílogo de
su obra previamente mencionada que filosofar debería ser un acceso a entrar en
dudas, no a contestarlas, nos habla de la muerte y su significado tan profundo,
de la razón y la falta de verdades absolutas en la vida, pero; ¿Qué diría, cuál
sería su opinión acerca de Stonehenge? ¿O lo considerará un lugar adecuado para pensar a su manera tan propia? Si hay una pregunta que me gustaría ver
contestada, es esa.
Sugiero
visitar el Espacio Escultórico (cada una de las obras presentadas en el),
pensar acerca del origen de Stonehenge, y dejarse llevar por lo que la mente
traiga contemplando aquél imponente monumento.