lunes, 2 de diciembre de 2013

Capítulo 6 “La libertad en acción”


Yo elegí este tema porque es algo que siempre me ha tenido en duda. Muy frecuentemente me pregunto ¿somos libres? ¿Podemos llegar a ser libres?, cada vez que escuchaba algo de revoluciones y marchas, donde sus eslóganes principales hablan sobre la libertad, yo me pregunto si el ser humano, puede llegar a ser libre.
Antes de leer este capítulo, mi conclusión a estas preguntas era; no podemos llegar a ser libre nunca. Ya que para mí la libertad era el poder hacer todo lo que quisiéramos, sin que ninguna ley o fuerza nos impidiera hacerlo. Y con este concepto yo argumentaba que nunca podría ser libre el ser humano, ya que jamás estaríamos fuera de las leyes de la física, o de las leyes morales, o de las leyes de la naturaleza.
Ahora mi pensamiento sobre la libertad es diferente…
A continuación citaré lo que considero lo más importante de este capítulo.
Habitar el mundo no consiste únicamente en formar parte del contenido del mismo, sino en actuar en él. A diferencia del resto de animales, los humanos no solo tratamos de adaptarnos en el sentido biológico de la supervivencia sino que tenemos la posibilidad y la capacidad para transformarlo de manera que podemos afirmar que “nuestra especie se crea a sí misma”.
¿Qué es actuar? Actuar no es realizar un movimiento sino ejercer una acción, a diferencia del segundo, el primero conlleva una cierta consciencia y sincronización en el acto, mientras que el segundo consiste únicamente en la movilización de algún miembro del cuerpo.
Un ejemplo del primero podría ser beber de un vaso de agua, y un ejemplo del segundo podría ser caer sin querer el vaso de un manotazo.
Por tanto podemos decir que una acción es un acto voluntario.
¿Cómo saber si un acto es voluntario? Antes de tomar una decisión deliberamos para decidir entre varias opciones, pero una vez decidido, solo tenemos clara la meta, pero no el procedimiento a seguir, no la acción misma.
La noción de voluntariado también es un aspecto a debatir pues es voluntario algo que tú eliges hacer por tu propia voluntad, sin embargo, es necesario advertir de cuáles son los motivos que te llevan a tomar una decisión, alomejor tú quieres hacer algo pero te ves obligado a hacer otra cosa y decides proceder así; has sido tú quien ha elegido por lo que ha sido voluntario, pero no era su voluntad.
Es acción mía todo lo que ocurriría si yo quisiese que ocurriera y todo lo que no ocurriría si no quisiese que ocurriera. A esa posibilidad de decir “sí” o “no” a ciertos actos que dependen de uno mismo es a lo que llamamos “libertad”.
No obstante, según la doctrina determinista, todo cuanto ocurre tiene su causa determinante de acuerdo con las leyes de la naturaleza, por tanto a menos que conociésemos perfectamente todas las piezas del mundo y tuviésemos consciencia exhaustiva de todas las leyes físicas, lo cual es imposible, no podríamos predecir sin margen de error lo que ocurrirá tras nuestra acción, por lo que realmente dicha libertad no existe como tal.
Después de citar esta pequeña síntesis, es obvio que mi conclusión cambia, a que según la definición dada por Savater, los seres humanos si podemos ser libres.
Para reforzar lo dicho por Savater, citaré lo que dice Kant sobre la libertad, él dice:
Capacidad de los seres racionales para determinarse a obrar según leyes de otra índole que las naturales, esto es, según leyes que son dadas por su propia razón; libertad equivale a autonomía de la voluntad.

         La razón teórica no puede demostrar la existencia de la libertad pues solo es capaz de alcanzar el mundo de los fenómenos, mundo en el que todo está sometido a la ley de causalidad, y por lo tanto en el que todo ocurre por necesidad natural. Sin embargo, desde la perspectiva de la razón práctica, y si queremos entender la experiencia moral, cabe la defensa de la existencia de la libertad: si en sus acciones las personas están determinadas por causas naturales, es decir si carecen de libertad, no podemos atribuirles responsabilidad, ni es posible la conducta moral; de este modo, la libertad es la ratio essendi (la condición de la posibilidad) de la moralidad, a la vez que la moralidad es la ratio cognoscendi (lo que nos muestra o da noticia) de la libertad.
Una problemática que se me presentó fue el poder definir la libertad, tomando en cuenta mi definición que se ha formado de mis experiencias y conocimientos, y la definición de autores como Savater y Kant, porque hay muchos autores que definen libertad, pero me convenció más los conceptos de los antes citados.



Escrito por:  Grajeda Sánchez José Carlos.

domingo, 1 de diciembre de 2013


Acerca de “Delfines, Sexo y Utopías” Cap. IX, por Mary Midgley



José Miguel B. Ávila



El capítulo a comentarse ahora mismo, aborda el tan complicado tema religión/ciencia, comentado alrededor de todo el planeta, censurado en muchas cabezas, evitado por la mayoría de nosotros, los creadores mismos de ambos…

“Mucha gente considera que estas dos preocupaciones humanas son dos interpretaciones históricas esencialmente rivales sobre el origen del mundo físico, una falsa y la otra verdadera.”
Estas palabras de Midgley dan pauta para organizar nuestras ideas, primero debemos tener una postura ante cada una de ellas.                        En lo personal me considero ateo (respetuoso, como dictan por ahí), para nada un amante de la ciencia, pero sin duda confiado en que nosotros, quienes creamos tanto a Dios como a las fórmulas, necesitamos arduamente la capacidad de coexistir.

¿Por qué considerar a la ciencia y religión rivales? ¿Por qué creer en algo superior a nosotros? ¿Por qué no creer en algo superior a nosotros? De acuerdo, el ser humano necesita respuestas, respuestas ante todas las preguntas (y prueba de ello es la filosofía en general), pero nunca serán válidas si no se toman en cuenta las demás opciones.

Sin duda Mary Midgley hizo un trabajo de investigación de una excelente calidad, componiendo sus argumentos a la perfección y cautivando al lector con su alto grado de conocimientos, pero, con todo respeto, no creo que tenga un valor significativo para las personas como yo, que definitivamente sólo creemos en la coexistencia respetuosa, libre de prejuicios ideológicos (en cuanto a religión compete).

Sí, estoy del lado “no creyente” en la religión, no soy gran conocedor científico, pero si en algo confío, es en que el respeto nos lleva a un mejor futuro, sin importar de dónde vengamos, el pasado. 

“La socialización sólo se presenta cuando la coexistencia aislada de los individuos adopta formas determinantes de cooperación y colaboración que caen bajo el concepto general de la acción recíproca.

Georg Simmel